sábado, 4 de marzo de 2017

HABLEMOS DE CINE


Para esta tarea he elegido la película LAS MUJERES DE VERDAD TIENEN CURVAS de Patricia Cardoso no sólo porque destaquen los personajes femeninos (Ana, Doña Carmen, Estela, Pancha o Rosalie muestran sus vidas, sus trabajo, sueños y aspiraciones), sino porque el papel de la protagonista, Ana, rompe los estereotipos fílmicos de género y también con los estereotipos de representación de la población inmigrante. 


El protagonismo de Ana es esencial en la película. En su viaje iniciático hacia la madurez, conocemos cómo le afectan los mandatos de género -que no afectan a los hombres- somos testigos de cómo se transforman sus relaciones con su entorno familiar, especialmente con su hermana Estela, y cómo vive su primera experiencia amorosa y sexual.

El desarrollo de su personaje pone en marcha diversos procesos de visibilidad, identificación y de empatía. Por un lado, visibiliza problemáticas vitales a menudo ocultas por afectar a los ámbitos domésticos y personales y, por otro, crea nuevos procesos de identificación alejados del imaginario patriarcal.



En ‘Las mujeres de verdad tienen curvas’ conviven diversos personajes femeninos. Destacan dos modelos de feminidad muy marcados y diferenciados. La feminidad tradicional y patriarcal está representada el personaje de Doña Carmen, Ana refleja, un nuevo modelo de feminidad moderna. Ella lucha por definir su identidad fuera de los modelos tradicionales.
Doña Carmen es una figura respetada en su ámbito familiar y laboral, de ahí su rango de “Doña”. Ha trabajado durante toda su vida, tanto en su México natal como en Los Ángeles. Considera que el destino natural de las mujeres es el matrimonio y la maternidad.

La película finaliza con la imagen de Ana en las calles de Nueva York. En un claro guiño a espectadoras y espectadores, finalmente camina del modo que siempre la ha corregido su madre, “erguida, recta, como una dama”. Este final es positivo y vitalista.

Nuestra heroína particular- una heroína única en el panorama cinematográfico por los rasgos vistos anteriormente -nos ofrece nuevas posibilidades de identificación. Es una heroína cotidiana. No es una gran heroína cinematográfica, como son los grandes héroes masculinos que, destinados a elevadas misiones, salvan a la tierra o a la humanidad. Pero su lucha no se adscribe únicamente a la cotidianidad. Dada su procedencia mexicana, la fuerte oposición familiar, la situación económica, su logro de ir a la Universidad es equiparable a las misiones de los héroes. ‘Las mujeres de verdad tienen curvas’ ofrece además de una tipología de heroína que no es víctima.

Otra gran aportación son nuevos modos de representación del cuerpo, la sexualidad y el amor.

El modelo y canon de belleza occidental como categoría construida ha variado a lo largo de la historia. Actualmente, las modelos y actrices fijan en las sociedades postindustriales, democráticas y capitalistas, el ideal de belleza femenino. Mujeres famélicas que no representan a la mayor parte de las mujeres imponen la dictadura de cuerpos irreales e inalcanzables. El cine tiene mucho que ver con la difusión de estos cuerpos.

La dictadura del físico es otra de las formas de control hacia las mujeres. Históricamente el canon de belleza ha afectado a las mujeres de manera especial. No obstante, desde la última década el culto a los cuerpos perfectos y esbeltos afecta también a los hombres.
Según el canon de belleza occidental actual las protagonistas de la película se considerarían gordas. No es habitual que el cine represente estos cuerpos.

El título de la película es en sí mismo una declaración de principios y de intenciones. Las mujeres reales, las mujeres de verdad no son delgadas, tienen formas, tienen curvas. Por supuesto que a las mujeres de la película les importa su aspecto. De hecho, Ana llega a afirmar que le encantaría adelgazar, pero no dejan que su aspecto físico determine su existencia. Son felices tal y como son o aprenden a serlo.

En definitiva, ‘Las mujeres de verdad tiene curvas’ es una película única, que ofrece nuevas posibilidades de identificación lejos del orden simbólico patriarcal: por el protagonismo de sus personajes femeninos, tanto la heroína que representa Ana, como el soberbio retrato de Doña Carmen, esa madre autoritaria; por la representación de las masculinidades; por mostrar esos cuerpos reales alejados de la dictadura del canon de belleza occidental; por construir una relación amorosa lejos de los patrones patriarcales del amor romántico y por mostrar la sexualidad responsable y libre.





Os dejo el enlace a esta magnífica película por si tenéis ocasión de verla:


o el trailer :



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