viernes, 3 de marzo de 2017

CAMBIOS EN EL LENGUAJE









 

Primero quería señalar ya que estamos con el cambio del lenguaje para poder visibilizar a las mujeres, la discriminación sexual ha sido y sigue siendo una de las más extendidas y frecuentes en el mundo; históricamente las mujeres, quienes ocupamos más de la mitad de la población mundial, hemos sido y seguimos siendo discriminadas y violentadas por razón de su sexo, recibiendo un trato desigual por el hecho de considerarnos inferiores al hombre.







Se trata de una forma de exclusión desde el lenguaje que refuerza la situación de discriminación hacia las mujeres promoviendo la generación de estereotipos, utilizando por ejemplo, el género masculino como neutro.

Afortunadamente eso ha ido cambiando y sí que es cierto que desde hace tiempo se venía utilizando “@” para incluir a hombres y mujeres, aunque últimamente lo que he venido observando es que la gente ya empieza a sustituir “@” por una “x”.

Ej: Lxs vecinxs llegaron tarde a la reunión 



Y aunque yo personalmente sigo decantándome por el uso de “@”, sí es cierto que muchas veces me inclino más por el desdoblamiento de los dos nombres gramaticales (ej: niños y niñas en el lenguaje oral /escrito o también en el escrito los/as niños/as) en caso de no tener un nombre genérico para hacer referencia a los dos sexos.
Por tanto, otro de los cambios que más he apreciado en estos últimos años es la utilización de nombres genéricos y colectivos y así no caer en el masculino: profesorado, alumnado, personal, ciudadanía, población…

Ej.: El alumnado puede asistir con sus parejas en lugar de Los alumnos pueden asistir con sus novias

UTILIZAR
NO UTILIZAR
La persona interesada
El interesado
Las personas demandantes
Los demandantes
El profesorado
Los profesores
El alumnado
Los alumnos
La ciudadanía
Los ciudadanos



En cuanto a la segunda pregunta, claro que mi lenguaje ha ido cambiando. Rotundamente sí, desde hace ya años y por mi trabajo ( trabajo en la Administración Local en temas de igualdad)   creo que ya lo tengo interiorizado, de tal manera que ya no me nace el hablar en masculino , utilizando el lenguaje inclusivo en todos los ámbitos de mi vida.

Al invisibilizar a las mujeres, es decir, al no nombrarlas y al reproducir estereotipos se nos excluye, discrimina, y violenta.

Si no comenzamos a reconocer a las mujeres como iguales a los hombres desde el lenguaje que utilizamos para referirnos a ellas, el camino a la igualdad estará cada vez más lejos. 
Es cierto que: LO QUE NO SE NOMBRA NO EXISTE.




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