ÁMBITO CONCRETO DE ANÁLISIS de LA
POLÍTICA PÚBLICA DE CUIDADOS:
Para analizar las POLÍTICAS
MUNICIPALES DE CUIDADOS en la ciudad
de Madrid, me centraré en uno de
dos ámbitos específicos de la política municipal: educación infantil 0-3 (especialmente ligada a las políticas
de desarrollo de Escuelas Infantiles de titularidad municipal), el segundo
ámbito sería la atención a la dependencia. Se centra fundamentalmente en el
periodo 2003-2015.
1) LA POLÍTICA MUNICIPAL DE EDUCACIÓN INFANTIL 0-3
El Ayuntamiento de Madrid tiene
algunas competencias en materia de educación, aunque la mayoría de ellas, estén
en manos de la Comunidad Autónoma de Madrid desde la descentralización de
competencias educativas de 1995. En este sentido, las competencias municipales
en educación, son reducidas y periféricas y están en buena medida
subordinadas a las autonómicas.
La educación infantil de
primer ciclo es la etapa escolar que interviene de forma más temprana en la
vida de los/as menores, pues los niños y niñas escolarizados en ella tienen
entre 4 meses y 3 años. Debemos tener en cuenta la población de estas edades y
la tendencia demográfica de los nacimientos para poder valorar la demanda
potencial de educación infantil en Madrid capital.
Globalmente, entre 2004 y 2008
los nacimientos siguieron una tendencia creciente, aumentando un 17,3%. No
obstante, coincidiendo con la llegada de la crisis económica, la tendencia se
invirtió.
2) ESTA EVOLUCIÓN HA SIDO DESIGUAL EN EL TERRITORIO, VARIANDO
POR DISTRITOS.
Dentro de estos hogares con
menores en edades correspondientes a educación infantil, es importante tener en
cuenta aquellos que pueden encontrarse en una situación específica de
dificultad. En este caso, podemos identificar cuántos de ellos son hogares
monoparentales, es decir, encabezados por un/a solo/a progenitor/a o tutor/a,
en general con un solo salario, particularmente expuestos a la precariedad
económica.
Alrededor del 50% de la oferta
pública municipal se reparte entre los distritos populares de la capital,
quedando el 50% restante distribuido en distritos de renta media y alta.
Esta insuficiencia de plazas era entonces también señalada por las familias. Según una encuesta sobre las familias madrileñas encargada en 2005 por el Ayuntamiento, el 46% de las familias con menores de cinco años no escolarizaba entonces a sus hijos/as en guarderías o escuelas infantiles. Los principales motivos que indicaban eran: porque un/a familiar los cuidaba (34%) y porque no han podido aunque querían (23%), siendo minoritarias las familias que aducían no querer llevarles a la guardería (9%) o contar con una persona cuidadora remunerada (4%) (Ayuntamiento de Madrid, 2005: 62). Ese 23% de familias que deseaban escolarizar a sus hijos menores de cinco años y no pudieron indicaron como principales impedimentos el alto precio de estos servicios (42%) y la falta de plazas (33%).
Esto contribuyó a la reducción de
la demanda efectiva (y la reducción de la lista de espera) en los distritos
populares donde se concentra población con menor nivel de renta (los más
afectados por la situación de crisis), teniendo un impacto social negativo.
Además, también se constató una
diferencia persistente durante todo el periodo y hasta la actualidad entre la
escolarización de autóctonos y extranjeros, que sugiere que estos últimos, en
parte por motivos económicos, no están teniendo acceso a un servicio que les
beneficiaría especialmente, ya que la incorporación temprana al sistema
educativo del país de destino favorece la integración y adaptación, empezando
por la familiarización con el idioma, y está asociada a un mejor rendimiento
escolar posterior.
Es probable que esta desigualdad
se esté dando también en el caso de los niños y niñas de etnia gitana de la
capital, pues, a pesar de que ha crecido su participación en los niveles
previos a la educación obligatoria, siguen estando menos presentes que el resto
de la población. Esto se reflejaría de forma indirecta en los datos por
distritos, ya que esta población está más presente en los distritos populares
de la capital.
3) IMPACTO Y RESULTADOS QUE HA TENIDO O
TIENE ESA POLÍTICA PÚBLICA.
En la regulación autonómica
existente durante este periodo, la priorización de los niños y niñas con los
dos progenitores trabajando tuvo un impacto social negativo,
especialmente en el contexto de crisis, al excluir a las familias sin empleo y
con dificultades para encontrarlo, priorizando la conciliación sobre la
equidad. Asimismo, aunque se prioriza a las familias numerosas, en Madrid no se
prioriza a otro colectivo con especial necesidad de apoyo en el cuidado
infantil, como son las familias monoparentales, en su mayoría
encabezadas por mujeres solas y en una situación importante de vulnerabilidad.
Por último, los criterios de discriminación positiva aplicados para favorecer a
las familias con rentas más bajas son limitados, pues se da prioridad a las personas perceptoras de rentas mínimas de
inserción (RMI), que constituyen sólo una parte de las familias con renta
baja y en situación de pobreza severa A ello se une, además, la complejidad del
sistema de baremación, que resulta difícil de entender para las familias
(especialmente para aquellas con menor capital cultural o de origen extranjero)
y requiere por parte de las profesionales de las escuelas un trabajo de
explicación y traducción
Otra de las funciones
fundamentales que se atribuyen a las escuelas infantiles es la de facilitar la
conciliación de la vida laboral y familiar, ofreciendo a través de las escuelas
infantiles el cuidado de los niños y niñas de 0 a 3 años durante el horario laboral
de sus padres y madres. La aportación de las escuelas infantiles a la
socialización de tareas de cuidados tradicionalmente asumidas por madres y su
contribución (real o potencial) a una mayor participación de las mujeres en el
empleo parece innegable.
En cualquier caso, no hay ni ha
habido ninguna evaluación ni seguimiento por parte de la administración
municipal sobre el efecto que tienen las escuelas para la conciliación y su
impacto de género, puesto que ni siquiera se producen datos que permitan evaluar
sus efectos. Es decir, se asume que la función de conciliación se cumple y no
se evalúa hasta qué punto lo hace y con qué impacto de género, cuestión que
sería fundamental para orientar la política de educación infantil en el futuro.
Sería deseable destinar ayudas a la escolarización en
escuela infantil no sólo a la población en una situación de pobreza más severa,
sino también a todas aquellas que, estando en una situación de pobreza relativa
o de precariedad, no lleguen a cubrir los gastos de crianza de sus hijos. No
obstante, una solución más eficaz y menos costosa en cuanto a esfuerzos,
evitando una sobrecarga de los servicios sociales y eliminando dificultades
añadidas a las familias, sería tender a la gratuidad de la etapa. En la medida
en que se tendiera a una reducción y eliminación progresiva de las cuotas del
primer ciclo para las familias, por lo menos en los tramos de renta más bajos,
la necesidad de estas ayudas también descendería.
El profesorado de educación
infantil es el sector del cuerpo docente más feminizado del sistema educativo.
Contribuir a mejorar las
condiciones de trabajo de las trabajadoras de las escuelas infantiles
municipales tendría, por tanto, un impacto de género positivo que se traduciría
también en un impacto social y educativo positivo.
4). ¿QUÉ PUNTOS
FUERTES Y QUÉ DEBILIDADES CONSIDERAS QUE TIENE ESTA POLÍTICA PÚBLICA?
El diseño de la política
municipal en este ámbito ha carecido,
en el periodo estudiado, de diagnósticos detallados de las necesidades de la
ciudadanía y de una planificación acorde con ellas.
Las competencias en materia de educación
del Ayuntamiento son reducidas y están en buena medida subordinadas a las de la
Comunidad de Madrid.
El Ayuntamiento de Madrid, a
través de sus competencias en esta etapa educativa, puede, por tanto,
desarrollar una política de educación infantil 0-3 que promueva “servicios de
educación y cuidados de la primera infancia de calidad, universales e
integradores” , con un impacto social, económico y de
género positivo para la ciudadanía madrileña.
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